En
mi práctica docente he tenido la oportunidad de trabajar con diferentes
instituciones como asesora-tutora-facilitadora (dependiendo de cada
institución, le nombran distinto). Me gusta ser instructora en línea ya que
adquieres una sensibilidad diferente ante el proceso de enseñanza aprendizaje.
El acompañamiento es un poco diferente, tienes que ser muy observador en la
plataforma, revisar actividad del estudiante, ver qué recursos ha consultado y
cuáles no, detectar qué temas se le están complicando y al final, se convierte
en un “marcaje” personal.
Espero
de este programa, adquirir más y mejores herramientas para desempeñar mi rol de
docente en línea, porque estoy convencida, de que el éxito de un programa a
distancia, depende en gran medida de cómo el docente genera un ambiente de
confianza, comunicación e interacción con los estudiantes.
También
depende de cómo se usan los recursos en la red, las llamadas Tecnologías de
Información y Comunicación.
Los
retos que puedo encontrar como instructora en línea es lograr una eficiencia
terminal en estudiantes a distancia, que se sientan cómodos en el ambiente
virtual de aprendizaje, que se desarrollen como personas y profesionales a
través de competencias y habilidades para el quehacer laboral, que sean conscientes
de su autonomía intelectual, de su autogestión y su autodidactismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario